domingo, 22 de marzo de 2009

La culpa.

Ayer en mi barrio sacaron en profesión un paso. A mi hijo le encanta la música y allí que tuve que ir a acompañarlo, él con su tambor siguiendo a la banda, no es que le vea mucho talento, pero ganas no le faltan…
Estando en una calle estrecha es lógico que el sonido de la música se multiplicara, es lógico el rebotar en el corazón de los tambores…Llevan solo un paso, una virgen…para mí no representa nada, yo no creo en eso, puedo admirar como hay muchas obras de arte en Sevilla, pero no representan nada religioso para mí, pero…cuando pasó, sin palio, sin oro, muy sencilla, cuando pasó y vi su manto color malva me emocioné, tocaban nazareno…no pude evitarlo, tampoco quise ya reprimir los sentimientos, los dejé salir, y comprendí que hay heridas que permanecen abiertas…todo esto me lleva a mi infancia, la parte más feliz de ella cuando todos los fines de semana nos reunimos la familia, donde gozaba de libertad, mis primos y yo corriendo por el Cerro del Águila, mil aventuras viví…recuerdo desde la azotea de mi abuela ver pasar la virgen igual que ayer, la música retumbar en mi alma, y el abrigo de la familia alrededor…no es la fe, no es la creencia, son las raíces, las costumbres…la nostalgia…
El último año que estuvo materialmente mi abuela con nosotros y llegada la Navidad era un hervidero de gente que iba y venía en la casa, no faltaba quien te cogiera por los mofletes y te los estrujara con ganas, aunque ese día te daba igual pues refregando los, le pedías los aguinaldos, y tras recibir no sé de donde aparecía una cola de niños con caras angelicales que uno tras uno se esforzaba en entonar su canción…Pero ese año era un año muy diferente y yo todavía no lo sabía, iba a representar el fin de mi niñez…mi abuela llamó a sus nietos, ella no tenía mucho dinero pero siempre nos daba algo, ese año nos dijo: -Como el año que viene no voy a estar aquí, este año os voy a dar el doble… Yo no entendí muy bien sus palabras en ese momento, solo me alegré como hicimos todos de recibir más para poder comprar petardos y chucherías…Tras las fiestas calló enferma, ya no levanto cabeza y en poco tiempo se fue de entre nosotros…llegado el día me acuerdo que noté algo raro y le pregunté a mi padre, el me dijo: -recuerdas como era tu abuela…pues recordarla así porque ya no la vas a ver nunca más…no dije nada, no fui capaz de reaccionar, cogí mi camino hacia el colegio, sólo cuando una vecina me dijo: -siento lo de tu abuela…pude hacerlo. Ya no se me volvió a decir nada más y yo me limité a sufrir en silencio mi pena, mi dolor…hasta ese momento yo tenía pánico a la oscuridad, y dada mi gran imaginación las noches se tornaban algo horripilantes, desde el Conde Drácula, el Hombre Lobo… a los que no le faltaban ni un detalle, pasaban en una cinta de película uno tras otro muy cerca de mí. Pero esa noche desaparecieron mis fantasmas, recuerdo perfectamente el principio de la cinta y de pronto la imagen de mi abuela en ella, y la culpa, apareció la culpa, esa misma noche llorando en silencio me repetía una y otra vez…:-abuelita yo no quiero dinero, yo quiero que el año que viene sigas aquí con nosotros…