lunes, 9 de noviembre de 2009

No sentir la soledad.

Una no se da cuenta muchas veces que aún creyendo superadas situaciones de la vida nos siguen percutiendo, perdonas e intentas entender el porqué de ciertas cosas sin explicación. ¿Y qué sentido tiene?... Cuando te dieron rabia en vez de amor...es muy difícil echar esa rabia, peor no nos justifica, tenemos el poder de romper la cadena, de que esa rabia que sin sentido ni explicación lógica echaron sobre nosotros convertirla y cuando salga de nosotros lo haga en forma de amor, si de amor, ese amor que anhelábamos cuando éramos niños y no llegó, ese que perseguimos sin descanso... está dentro de nosotros igual que está la rabia y el dolor si no lo sacamos. Eso creo. Me siento muy bien entre niños y supongo que es que nunca dejé ir a esa niña, me gustaría abrazarla...y dejarla marchar...es hora de dejar de soñar y de soltar los apegos totalmente. Al tomar las riendas al fin de mi vida mi realidad no es tan mala. Andar sola, lo que siempre me pareció algo insoportable se torna ahora en un placer indescriptible...al fin y al cabo siempre estamos solos aun cuando nos creemos acompañados. Ya no me siento sola...

2 comentarios:

Miguel. dijo...

Estoy totalmente de acuerdo con tu experiencia de la soledad. Para mí, también es un placer saberme solitario.Tengo grandes amigo/as que me hacen también la vida rica y llevadera en muchos momentos, pero nada comparable a cuando estoy solo en compañía de ese sentimiento tan dulce que hay en nuestro interior. Supongo que todo se compensa, que nada es terminante, ni debería ser extremado. Además, la escritura me ha proporcionado una relación íntima con la vida y el mundo, que no me permite cerrarme del todo a la comunicación con los demás y el placer de compartir la belleza, aunque sea a traves de la palabra o cualquier otro recurso que esté al alcance de mi capacidad.

No sé cuándo leerás este comentario, pero quiero decirte que me encanta verte en la clase de Esperanza, y te animo a que continúes con nosotros porque tu presencia allí es muy importante. Tengo la impresión de que, en correspondencia, tú también necesitas una ayuda extra, como todos.
Bueno, no acabamos de planear un encuentro, pero yo estoy dispuesto en cualquier momento que nos convenga, a pasar alguna tarde en tu compañía y mi fiel Mirtha, y tratar de cuestiones literarias, pasarte algún manual de emergencia, o simplemente hablar de algo que no sea recoger lo inútil.
Un beso y adelante con la escritura y el entusiasmo de tus aspiraciones. Un paso más en tu formación y podrás dar mejor forma a la expresión de lo que te urge contar. Si yo puedo servirte de ayuda, encantado. Salud, Eva. Hasta pronto.

MEVAR dijo...

Sabes Miguel, hasta que no acepté realmente la soledad en mi vida, no he podido disfrutar de la compañía de verdad. El comprender la soledad es lo que te hace gozar de ella.
Yo no sé lo que te hace pensar que mi presencia sea importante, las clases con Esperanza son un regalo inimaginables para mí, hay veces que mis responsabilidades me permiten acudir, otra no. Si puedo lo gozo, y eso es lo que tu veras, son de esas cosas que no tienen precio, al menos para mí. Otras veces no puedo, pero siempre tengo un segundo al menos para cerrar los ojos...y tanto que necesito ayuda extra, es lo más increíble, darte cuenta de la importancia del conjunto, lo fácil que es conectar...y percibir...gracias Miguel, no sabes lo importante que es para mí, tus palabras, tu cariño...yo sigo mi camino, pero con la sensación de que no importa, que lo realmente importante son los encuentros, lo que vas percibiendo...es lo que nos enriquece, no el final en sí...